Thursday, December 1, 2016

Dos Factores Determinantes en la Ética Cristiana

Los dos factores determinantes en el sistema moral cristiano tienen que ver con la naturaleza de Dios y la del hombre.  La ética cristiana jira entorno al conocimiento íntimo de Dios y al deseo de imitar sus cualidades éticas y morales.  Se centra en el comportamiento que se considera apropiado a la hora de adorar a nuestro Creador y en las diarias relaciones sociales con el prójimo.

La naturaleza moral de Dios


La revelación de Dios se hace visible por medio de las Santas Escrituras.  Estudiando la Biblia podemos conocer íntimamente a nuestro Dios y Creador.  Desde Génesis en el Antiguo Testamento (AT) encontramos referencias a la soberanía de Dios y a su control sobre las fuerzas de la naturaleza.  Su carácter moral se revela a través de los hechos históricos registrados en la Biblia.  En sus páginas se encuentran, por ejemplo, exhortaciones continuas con respecto a la santidad: "Sed santos, porque yo, Jehovah vuestro Dios, soy santo." (Levítico 19:2).

Su deseo de mantener una relación especial con los seres humanos se discierne a la hora de escoger a Abraham para ser padre de una nación que disfrutaría de una íntima relación con su Creador y que eventualmente se convertiría en la base inicial para formar una nación de sacerdotes por medio de la cual todas las naciones del mundo serian bendecidas.  Llamo también a Moisés para guiar su pueblo a la santidad por medio de leyes y mandatos.  Levanto así mismo jueces y profetas para poder exhortarles a mantener integridad moral por medio de la obediencia a las leyes mosaicas.

Eventualmente mando a su propio Hijo Unigénito para que pudiera enseñar al mundo cual era lo que Dios esperaba de los seres humanos con respecto a su comportamiento ético y moral.  Por medio de un vida ejemplar y perfecta, Cristo Jesús también impartió enseñanzas morales y espirituales que clarificarían estatutos mosaicos, muriendo eventualmente en la Cruz para la salvación de la raza humana.

En las demás páginas del Nuevo Testamento también encontramos numerosas enseñanzas éticas que hacen referencia a la naturaleza moral del Creador.  Tanto Pablo como también Pedro, Juan y Judas escribieron epístolas llenas de contenido ético que desafiaron a seguidores cristianos a mantener su integridad moral de acuerdo a la revelación, enseñanzas y el ejemplo personal de Jesucristo, el Emmanuel del AT, el Dios con nosotros.

La naturaleza ética del hombre


Desde el principio de la revelación divina se enseña que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza.  Mando a la primera pareja a multiplicarse y a tener dominio sobre la tierra (Génesis 1: 27 y 28).  La Biblia de esta manera contradice las teorías de evolución que gozan de tanta popularidad en las comunidades científicas de nuestros días.

La naturaleza ética del ser humano se refleja entonces por medio de su imagen: fue hecha de acuerdo a semejanza de Dios.  Esta imagen incluye virtudes morales y espirituales como su personalidad, conciencia ética, libre albedrío y sobre todo su capacidad de tener una íntima relación con su Creador.  Es esta relación con Dios la que nos ayuda a tomar decisiones correctas en todos los campos y facetas de nuestra vida, y asimismo estas decisiones nos ayudan también a vivir una vida feliz y con propósito.

La desobediencia de Adán y Eva inicialmente afecto de alguna manera la imagen de Dios en nosotros.  Las consecuencias de la caída del hombre en el huerto de Edén incluyen aquellas tendencias inherentes en el ser humano a rebelarse a hacer la voluntad de Dios.  El concepto de depravación total ilustra la idea de que todo ser humano seguirá el camino del mal al menos que Dios actué primero en nosotros y nos acerque a Cristo (Juan 6:44).

La Biblia contiene muchos ejemplos de esta depravación moral aun en sus personajes más queridos.  No intenta encubrir en ningún momento los pecados de aquellos personajes bíblicos más celebrados.  Afirma, por consiguiente, que el ser humano es capaz de obedecer aun sus impulsos más bajos que tiene dentro de sí.  Pero a la misma vez, aun así, mantiene todavía esa imagen de Dios que se puede revelar a la hora de creer en Jesucristo.  Al seguir los pasos del Señor, el hombre es ahora capaz de practicar amor, generosidad y aun auto sacrificio.  La experiencia del nuevo nacimiento por medio de la fe en Jesucristo establece la base para restituir la comunión íntima con Dios, viviendo una vida más consagrada a la voluntad divina, una vida que incluye también buenas y mejores relaciones sociales con el prójimo.

De esta manera, la ética moral que enseña la Biblia se basa en la naturaleza moral de Dios y en la capacidad del hombre a imitar esa naturaleza divina, incluyendo santidad y amor para con los demás.  Nuestro sistema de principios morales entonces se debe de basar en esta perspectiva cristocéntrica de la ética cristiana.


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Bibliografía

Roberto Fricke et al., Comentario Bíblico Mundo Hispano: 1 Y 2 Corintios, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2003), 10–12.

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